Libros Libres: N03 – Ciencia y Ficción en los viajes en el tiempo

Buenas Paginativos,

Esta es una muestra de lo que las sinergias positivas traen. Gracias a la simbiosis de ambos proyectos de la asociación, ha sido posibles estas duplas ganadoras: 233 Grados y sus colaboraciones con la revista Libros Libres.

Todos viajamos al futuro al mismo ritmo si vivimos en La Tierra y, según, Hawking, no existe la posibilidad de viajar al pasado sino que, en todo caso, existiría la posibilidad de crear los viajes hacia el futuro.
El domingo 28 de junio de 2009, Stephen Hawking acondicionó una sala en el Gonville and Caius College para una fiesta. Había champán y canapés en la mesa. Todo estaba decorado con globos. El anfitrión esperaba para comenzar esa fiesta a la que no había invitado a nadie. Así ocurrió que a la hora prevista no fue nadie y Hawking decidió dar un tiempo de cortesía por si había algún rezagado, tras el cual dio por concluida la fiesta.

Días después, completó el singular experimento. Redactó invitaciones indicando la localización espacio-temporal de la frustrada fiesta que había organizado. Aclaraba en las invitaciones que no era necesario confirmar la asistencia y pedía su difusión masiva. Era muy importante que la invitación perdurara para que llegara a los viajeros del tiempo que pudieran venir, fueran del tiempo que fueran.


El hecho de que ninguno se hubiera presentado fue interpretado por él como una prueba concluyente de que los viajes al pasado son imposibles. Aunque lo cierto es que no se puede descartar la posibilidad de que no hayan asistido porque la propuesta no les resultara atractiva. O porque prefirieran permanecer de incógnito.
Sin embargo, son los viajes al pasado los que atraen al público. Porque en el campo de la imaginación no hay límites ni barreras y porque nos obsesiona la posibilidad de cambiar nuestro propio presente. Es la verdadera preocupación de cualquier viajero del tiempo, su propio presente. Ni siquiera suelen buscar el bien común.

Paradojas

Pero cuando el viajero cambia algo del pasado, siempre hay consecuencias. La repercusión de las variaciones suelen ser el obstáculo a superar. Como cuando Marty McFly, por accidente, evita que sus padres se enamoren en Regreso al futuro.

Las situaciones más interesantes y que más dan que pensar de los viajes al pasado son las paradojas. Provocan continuamente la eterna pregunta que tratan de responder los creadores de historias. Si el futuro está escrito o se puede cambiar algo.

En Terminator, John Connor envía a su amigo Kyle Reese para proteger a su madre. Se enamoran y queda embarazada de alguien que aún no ha nacido en el año en el que ella vive. Sarah Connor escribe una carta a su hijo para que envíe a Kyle a protegerla y que así pueda llegar a ser engendrado.

En el relato Todos ustedes zombies, de Robert Heinlein nos encontramos con una paradoja que nos puede dar la vuelta a la cabeza. El protagonista, que es un agente temporal, manipula su pasado en varios momentos. Se seduce a sí mismo, se deja embarazada y roba posteriormente el niño del hospital.
Hawking cree que estos viajes en el tiempo son imposibles y plantea lo que llama la “Paradoja del científico loco”. ¿Qué ocurriría si un científico utiliza el agujero para disparar contra su yo del pasado? Ahora está muerto, pero ¿quién disparó? Es una vez más preguntarte si fue antes el huevo o la gallina. El tipo de situación que provoca pesadillas a los físicos. Un viaje en el tiempo de estos tipos violaría una regla fundamental que gobierna el universo entero: las causas suceden antes de los efectos, y nunca al revés.

Ríos del tiempo
Hawking plantea en un artículo otra teoría. Según el físico, “el tiempo fluye como un río y parece como si cada uno de nosotros fuera inexorablemente arrastrado por su corriente”. Por lo tanto, fluiría a diferentes velocidades en distintos momentos.
Según parece, la red de satélites de posicionamiento global (GPS) que, además de ayudarnos a navegar por la Tierra, ha revelado que el tiempo va más rápido en el espacio: los precisos relojes instalados dentro de estas aeronaves ganan alrededor de un tercio de la billonésima parte de un segundo cada día. La explicación es que la masa de La Tierra arrastra al tiempo y lo hace más lento.
Ya vimos en Interestelar que el tiempo transcurría a diferentes velocidades según estaban en la nave, en un planeta o en otro.

Velocidad de la luz

Ya apuntó Einstein la posibilidad de viajar en el tiempo a la velocidad de la luz. Hawking concluye que a esa velocidad tendría que hacerse en el espacio. Para ello, haría falta una nave 2.000 veces más rápida que el Apollo 10, de enorme tamaño y que pudiera cargar una gran cantidad de combustible, lo suficiente para acelerarla a casi la velocidad de la luz. Después de cuatro años de viaje, por cada hora en la nave, transcurrirían dos en La Tierra. Después de otros dos años de velocidad máxima, la nave llegaría a su tope, el 99% de la velocidad de la luz. Entonces, sólo un día a bordo representaría un año en la Tierra.
Aunque este viaje fuera posible, hasta ahora no ha resultado inspirador para muchos escritores y guionistas. Un caso relacionado sería el argumento de El Planeta de los Simios en el que cuando regresan a la tierra han transcurrido cientos de años desde su partida.

Los agujeros de gusano

Decía Hawking que no es una idea descabellada: “Están a nuestro alrededor, en las grietas del espacio y del tiempo, pero son demasiado pequeños para poderlos ver […]  existen los agujeros de gusano, pequeños túneles o atajos a través del espacio y el tiempo se forman y desaparecen constantemente”.
Por desgracia, estos túneles son demasiado pequeños. Miden sólo mil millones de billones de una billonésima de centímetro, pero para los escritores y guionistas siempre es posible coger uno de ellos y hacerlo lo suficientemente grande para el ser humano. De esta forma, podríamos trasladarnos a años luz de distancia o a miles de años de cruzando una puerta como sucedía en Las puertas de Anubis, en Una cuestión de tiempo o en El Ministerio del Tiempo.

Bucle temporal

Hay una opción muy poco explorada por la ficción y que no contempla en ningún caso la ciencia: el bucle temporal.Mientras que los viajes en el tiempo tienen consecuencias en el futuro, el juego al que nos invita, por ejemplo Atrapado en el tiempo, es precisamente que no existe repercusión ni copago por el viaje. Vive el mismo día durante años sin que nada de lo que hiciera el día anterior tenga relevancia a las seis de la mañana del “mismo día”.

Mientras el hombre no sea capaz de viajar en el tiempo más allá de las teorías y de la ficción, tenemos que conformarnos con mirar hacia las estrellas. Verlas es viajar en el tiempo, puesto que la luz que nos llega se emitió hace años. Algunas de las que puedes observar esta noche, podría estar apagada desde hace más de cien años.

Carlos Arroyo Cobos

 

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