Paginativos,

Esto solo son algunos fragmentos del número 0 de Libros Libres, nuestro número piloto en el que creamos un personaje de terrible poder y le dimos vida entre todos.

Los asesinatos de la calabaza

Eran muchos los rumores e historias que circulaban por las calles de Red Town de numerosos hombres que desaparecían en la noche. Algunos mientras regresaban de la taberna de matar sus horas libres bebiendo, otros lo hacían sin más, pero fuese como fuese nunca regresaban a sus hogares ni con sus esposas. Cuando la policía comenzó a investigar las desapariciones, encontró algo que llamó su atención: donde tenían lugar siempre se hallaban restos de una calabaza. Al principio se ocultó de la opinión pública, pero con el tiempo los periódicos de la zona empezaron a denominar aquel extraño fenómeno como «los asesinatos de la calabaza», y aunque no había pruebas concluyentes de que los desaparecidos fueran asesinados, estos no volvían a verse jamás.

Al cabo de un año, los ciudadanos de Red Town vivían aterrorizados. Por lo que pidieron a los agentes de policía, que tomarán medidas más drásticas para hallar al culpable o culpables de estas extrañas desapariciones. La policía decidió formar patrullas nocturnas en colaboración con los ciudadanos más valientes, que no temían desaparecer y deseaban saber qué es lo que ocurría.

Cornelius era un hombre ya entrado en los cuarenta, rellenito y con bastante pelo. Durante las mañanas trabajaba en el aserradero, pero en las noches tenía que aguantar las continuas regañinas de su esposa, por no ofrecerle una vida más glamurosa. Esa fue la razón por la que se alistó a las patrullas policiales, y así demostrarle a su amada mujer, que él era alguien en este mundo.

Una noche, Cornelius patrulla por las frías y solitarias calles de Red Town, cuando una grácil y femenina voz le llama desde lo más profundo del callejón que conecta la cuarta calle con la sexta.

—Cielo, ¿qué hace un hombretón tan apuesto vagando solo por este lugar?

(…)

Jesús Mesado Sanchez

Venganza

Ha llegado el momento. Esta vez estoy preparada, la estoy esperando. Este año mataré a la bruja de Halloween y vengaré a todos mis amigos.

Todavía recuerdo cómo, uno a uno, los mató a todos. A todos menos a mí, la única superviviente. Ella adopta la forma de una persona de gran belleza que engaña y embauca a todo ser viviente para violarlos y alimentarse así de su miedo. Solo se alimenta una vez al año, por lo que no se sacia con facilidad, todo es poco para ella.

Pero esta noche será su último festín. Esta noche acabaré con ella.

(…)

Miriam Ojeda

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