Aunque estoy un poco oxidado, creo que merece la pena escribir al menos unas palabras sobre mi última lectura. El café de las leyendas de Travis Baldree, editado por Roca, ha sido una agradable sorpresa tanto para mí, como aparentemente, para el mundo de la fantasía.
En un género acostumbrado a las grandes batallas, luchas por el equilibrio del mundo, héroes épicos… golpea fuerte la aparición de la llamada cozy fantasy (tema que, seguro, dará para otro artículo dentro de poco) y que va de la mano del cozy mistery.
¿Pero qué es eso del cozy fantasy?
En Reddit tienen un interesante debate sobre el tema, del que aún parece no haber mucha información. Si nos fijamos en su hermana, el cozy mistery, podemos hablar de novelas donde sí, hay un crimen y una investigación, pero nos podemos ahorrar los detalles truculentos, los personajes tienen una vida mundana que aparece como deseable (cuidar un pequeño chalet en el campo, vivir rodeada de perros o gatos…) y hay una relación romántica entre esos personajes. En televisión, serían series como Colombo o Se ha escrito un crimen, pero no Mentes Criminales.
Y ¿qué sería cozy fantasy? Pues si aplicamos esa misma definición, podríamos pensar en un entorno de fantasía con dragones, elfos…, donde, como decíamos antes, en vez de grandes batallas y violencia, tenemos gente cuidando de plantas mágicas. O, como en el caso que nos ocupa, una mercenaria se retira y funda una cafetería.
Porque de eso es lo que va Legends and Lattes, o como se ha traído a España, El Café de las Leyendas. Viv, nuestra protagonista se ha hartado de ir de aquí para allá matando cosas y dando miedo (es una orca bárbara) decide retirarse y abrir un negocio en una pequeña ciudad. Y lo que nos cuentan es cómo llega a la ciudad, conoce a sus vecinos, reforma su local, sirve café a los ciudadanos… Suena aburrido, ¿verdad?
Pues para nada lo es. Porque de eso va el cozy fantasy, de tratar cosas agradables, cosas normales, mundanas con un exquisito cariño y que cojamos cariño a personajes a través de sus relaciones y sus pensamientos.
Pero que las cosas sean normales –quién sabe siquiera lo que significa eso– no implica que no haya conflicto, que es la base de cualquier narración. Y, en el caso de El Café de las Leyendas, este implica magia, espadas y el pasado de su protagonista, que vuelve a morderle en el culo. También es verdad que ese conflicto llega algo tarde, pues la mayor parte de la novela nos trae la presentación de personajes y cómo nace el negocio y cómo se va asentando. El clímax ocurre casi en el último tercio y se resuelve casi inmediatamente.
En el medio, tenemos situaciones de lo más sorprendentes como el descubrimiento del café por los personajes de este que lo ven como algo rarísimo pero que, casi de inmediato, quedan hechizados –no literalmente– por su sabor. Ese es uno de sus grandes puntos fuertes, cómo la novela te hace paladear esas pociones de amargo sabor y esos dulces que luego los acompañan. No recomiendo leer El Café de las Leyendas con el estómago vacío, pues provoca MUCHA hambre.
La novela está siendo un gran éxito en redes, sobre todo en Tik Tok donde parece ser que ha pegado fuerte. Es una novela de personajes a los que coges un gran cariño por su forma de ser, con representación LGTB, y a los que no quieres que les pase nada malo. Una historia que te habla de la amistad y de lo importante que es rodearse de buena gente.
Yo me he leído El Café de las Leyendas sin poder parar, porque era como abrazar a un amigo, como estar en el lugar más calentito y agradable del mundo y no quería quedarme que le pasaban a Viv y el resto del elenco. Quizás, solo quizás, eso sea el cozy fantasy, un lugar donde refugiarte de las inclemencias del mundo. Y me parece bien.