Paginativos,
En esta ocasión, la píldora que os traemos nos la receta nuestro Ángel G. Ropero. Se trata de la concentración y su experiencia sobre trabajar en casa o fuera del hogar.
Una cosa que he descubierto por casualidad ha sido que trabajo mejor fuera que en mi casa. Uno diría que tranquilo, sin ruidos y sin molestias podría rendir más.
Pues no es mi caso. A ver, partamos de una base. Yo siempre he estudiado mejor en mi casa. Ir a la Biblioteca o estudiar en el ‘cole’ nunca han sido mi fuerte. Yo necesitaba aislarme y empollar. Pero con el trabajo creativo me he dado cuenta de algo: y es que mi casa está llena de distracciones.
He probado a escribir -y dibujar- en mi casa. Con mi música o sin música. Ordenador o tradicional. En el salón o en mi habitación. Y nada.
Eso sí. Es irme a tomar un café y trabajar DIVINAMENTE. ¿Cuál es la diferencia? Que fuera de casa, si quiero tener internet, tengo que gastar. Es triste, sí, pero mi productividad crece exponencialmente cuando no tengo distracciones. Y la principal es el móvil y las redes sociales.
En los últimos meses, además de cultivar una bonita amistad con mi suministradora de cafeína, he dibujado y corregido más y mejor fuera de casa que en la comodidad de mi cuarto.¿Qué ventajas tiene salir a trabajar fuera? Pues preguntadle a Blue Jeans, que es bien conocido que iba a escribir a la franquicia del café. En mi opinión, tiene varias. La principal salir de la zona de confort: vas a un sitio y te pones serio, porque ya que has ido. En casa te relajas. “Bueno, ya estoy en casa”. Así que retrasas empezar. O te distrae ir al baño. Aprovechas para beber algo. Haces descansos. Encuentras tareas que hacer. Si vas a un sitio con los bártulos, es lo único que puedes hacer. Te concentras y acabas.
Otra ventaja es encontrar espíritus afines. A veces, se alinean los astros y conoces a alguien que tiene tus mismos intereses. Y quedáis para trabajar. Y os retroalimentáis. “Oye, mira esto. ¿Qué te parece?” “Yo le pondría verde pistacho”. “Quizás podrías expresar mejor esto así…” Estoy convencido de que parte de mi crecimiento como pintamonas se debe a tener a una persona al lado opinando e incidiendo en los errores.
Pero claro, también tiene sus desventajas. Gente cotilla, pesados que te preguntan y no te dejan trabajar, opinadores de todo tipo…
Dudo que haya una situación perfecta. Ambas formas tienen sus ventajas y sus inconvenientes y habrá.
Hasta la siguiente receta,