Paginativos,
Nuestro Josema regresa para comentarnos otro método muy extendido tras la escritura de un relato, un poema o una novela. Prosiguen nuestras pequeñas píldoras para creativ@s.
¿Cuántas veces habéis terminado un texto y había algo que no os convencía? O todo lo contrario, os habéis dicho: << Ha quedado genial, no toco nada>>. Para el mejor futuro de ese texto yo sigo un consejo que me han dado escritores/as, profes y cuantos se enfrentan a juntar letras de cuando en cuando: «texto que ha de mejorar, déjalo reposar».
Es algo muy básico pero, no por ello, menos cierto. Hay muchas veces que, tan solo dejando descansar una historia, cogiendo un poco de distancia y ocupándonos en otras cosas, se regresa con una nueva visión. Esta píldora es muy parecida a la de desconectar con lecturas o visionados de pelis o series, pero no tanto por bloqueo, si no de un modo de resetear la mente, en relación con esa historia. Si dejamos que nuestra cabeza se oxigene de la trama y del propio texto, podremos realizar una lectura más crítica y que, en la mayoría de las veces, nos ayudará a pulir ese texto.
Hasta la siguiente receta,